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Consejos para lidiar con situaciones frustrantes

Por 
Equipo Editorial Sanarai
7 min.
 de lectura
Publicado el 
5/7/2023
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Todos en algún momento de nuestra vida nos hemos sentido frustrados, ya sea por situaciones que nos ponen a prueba o cosas sencillas, que en verdad son la gota que colma el vaso. 

En este artículo, te enseñaremos qué es la frustración, sus causas, las consecuencias de su mala gestión y te daremos consejos para lidiar con esas situaciones que pareciera que van a poder con nosotros, pero que, al final, no nos derrotan, sino que nos ayudan para salir mucho más sabios y fuertes.

¡Empezamos!

¿Qué es la frustración?

La frustración es el sentimiento que se genera cuando una persona no logra satisfacer sus necesidades, deseos o expectativas con respecto a cierta situación.

En aquellos que tienen baja tolerancia hacia estas situaciones, puede cambiar su estado de ánimo de formas algo drásticas, lo que demuestra sentimientos de enojo, ansiedad o tristeza. Los que tienen un nivel de tolerancia más alto, en cambio, pueden sentir cierto nivel de decepción, pero sus cambios de ánimo no suelen ser tan drásticos, pese a que no se cumplieron sus expectativas. 

El punto clave radica en la forma en la que cada uno afronta las situaciones negativas, más que la situación negativa en sí misma. Saber que no todo va a salir siempre como queremos y aceptar la realidad tal y como es son aspectos fundamentales para combatir la sensación de frustración

La tolerancia hacia la frustración se puede trabajar, es un ejercicio de consciencia que se debe realizar desde la infancia. Es normal ver a niños pequeños hacer rabietas y frustrarse con facilidad porque no tienen las herramientas para manejar la situación, pero si se les enseña desde pequeños a aceptar las cosas tal y como son, más adelante, en la edad adulta, serán personas con un mayor desarrollo personal y poseerán una respuesta emocional más madura hacia los problemas.

Existen dos tipos de frustración:

Interna

Esta frustración proviene de ver que nuestros esfuerzos no están obteniendo los resultados esperados. Sabemos cuánto nos cuesta algo, pero si no se están dando las cosas por algo que estemos haciendo mal o de forma incorrecta, tenemos cierto control para poder hacer que las cosas cambien a nuestro favor y, así, sustituir la sensación de frustración por la del esfuerzo en hacer un cambio que va a mejorar nuestra situación. 

Externa

Ocurren cuando el foco de atención ya está fuera de nuestro control y, precisamente por eso, debemos dejar los sentimientos negativos de lado. Por más que nos podamos preocupar por situaciones que escapan de nuestras manos, al final no ganamos nada con eso.

No hay nada en nuestro poder que nos permita cambiarlo, solo hay que ir con la corriente y hacer lo que podamos por desembarcar en un buen puerto.

Características de las personas con baja tolerancia a la frustración

Las personas con baja tolerancia a la frustración suelen tener las siguientes características

  • Poca capacidad de negociación y adaptación.
  • Tendencia a desarrollar cuadros de depresión y ansiedad.
  • Tienen muchísima dificultad para controlar sus emociones.
  • Buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata. Si tienen que enfrentarse a un período de espera, aunque sea mínimo, esto puede ocasionar que reaccione de una forma explosiva o desmesurada, con ataques de ira o de tristeza extremos. 
  • No logran mantenerse motivados ante situaciones negativas.
  • Acuden a la manipulación o chantaje emocional para lograr sus objetivos tal como ellos quieren, y en el tiempo que ellos quieren.
  • Son poco flexibles ante los cambios y con opiniones bastante negativas ante todo lo que les ocasione emociones desagradables
  • Creen que todo su entorno social gira en torno a ellos y a su estado emocional, que se merecen absolutamente todo lo que demandan. Además, cualquier obstáculo o límite les resulta injusto, lo cual les dificulta plantearse objetivos realistas al momento de conseguir metas por sí mismos. 
  • No aceptan los grises, son muy radicales: o las cosas son blancas o son negras. 

Causas de la frustración

Las personas tienen reacciones emocionales diferentes ante una misma situación y eso tiene diferentes motivos. Algunos de estos son los que te listamos a continuación: 

Tipo de crianza

Muchos opinan que cuando los niños empiezan a desarrollar actitudes egoístas y egocéntricas, hay que «corregirlos», pero lo cierto es que son parte natural de su proceso de desarrollo y evolución como personas.

Al etiquetar estas actitudes como algo negativo, solo les estamos negando el acceso a herramientas para que en su adultez sepan manejar estas actitudes de forma saludable.

Entorno social

La cultura y las costumbres de los lugares en los que somos criados afectan directamente en nuestro desarrollo personal y en nuestro funcionamiento como personas, tanto de forma personal como interpersonal. Todos habremos escuchado que las sociedades de países como Japón son notablemente más diferentes a las que tenemos en Latinoamérica, pero lo cierto es que la cultura de ese país es lo que permite que sus habitantes sean de determinada manera, lo cual no es aplicable a otros países que ya tienen su propia cultura y costumbres. 

El temperamento

Los aspectos biológicos y genéticos de un individuo también pueden determinar sus habilidades innatas, entre las cuales se encuentra la tolerancia hacia la frustración.

Falta de empatía

Así como se puede trabajar la tolerancia a la frustración, la empatía también es un aspecto que podemos y debemos trabajar día a día, no solo para relacionarnos con los otros, sino también para tener una mejor relación con nosotros mismos. Hacerlo, fomentará nuestro amor propio e, inevitablemente, al querernos más y de una forma mucho más honesta, podemos ofrecer lo mismo al mundo. 

Consecuencias de la mala gestión de los sentimientos de frustración

Al no manejar nuestros sentimientos correctamente, podemos vivir una serie de dolorosas consecuencias que pueden afectar profundamente nuestra vida cotidiana, nuestra salud mental y nuestras relaciones con nuestros seres queridos. Algunas de estas pueden ser:

Agresividad

La frustración puede hacernos sentir rabia y enojo. Según la teoría de la frustración-agresión de John Dollard y Neal Miller, cuando uno se frustra y se enoja, quiere dirigir esos sentimientos de violencia y rabia hacia aquello que le causó ese sentimiento, pero como esto no es socialmente aceptado o correcto, lo redirigen hacia algo o alguien más. El ejemplo más típico podrían ser las personas que cuando se frustran y se enojan, golpean paredes, puertas, lanzan cosas, etc. 

Depresión

Cuando uno pasa mucho tiempo frustrado o enojado, esos sentimientos se van transformando en una tristeza profunda que puede terminar en un cuadro depresivo del cual la persona no sabe cómo salir.

Baja autoestima

Lo cierto es que si no te tienes la suficiente confianza, nadie lo va a hacer por ti. Por eso, las personas con baja autoestima suelen frustrarse con mayor facilidad: no se tienen la suficiente fe como para lograr las cosas y eso ocasiona que no las logren, lo que conduce a más frustración y más baja autoestima.

Estrés

El estrés y la frustración van de la mano, son sentimientos que se sobreponen. Sentirse frustrado ocasiona estrés, y el estrés ocasiona más frustración: todo se convierte en un círculo vicioso. 

Adicciones o hábitos poco saludables

Es normal que algunos lidien con los sentimientos de frustración con hábitos que los tapen de forma sencilla e inmediata, como beber, usar drogas, fumar, atracones de comida, en fin, cosas que afectan directamente a la salud del individuo y pueden traer muchas consecuencias a corto o largo plazo. 

¿Cómo lidiar con las situaciones frustrantes?

Como hemos mencionado anteriormente, la frustración se asocia a sentimientos de rabia y a un determinado descontrol emocional, por lo que para empezar a lidiar con ello, debemos mantener la calma, respirar profundamente y seguir estos pasos:

  • Reconoce lo que estás sintiendo y acéptalo: cuando no tenemos idea de lo que nos pasa, es mucho más difícil saber cómo lidiar con ello. Es importante que le pongas nombre a lo que sientes, que te tomes un momento para identificar lo que tienes y admitir si estás enojado, si estás frustrado o si estás triste. 
  • Conócete: puede sonar sencillo, pero no lo es; muchas veces nos dejamos de lado o en el último lugar para satisfacer a los demás sin darnos cuenta de que nos necesitamos, de que debemos estar de primeros en nuestra lista. 

Es igual de valioso reconocer nuestras limitaciones, porque eso nos ayudará a plantearnos metas más realistas, a facilitarnos más nuestro propio proceso y a evitar situaciones frustrantes. Pero si ocurren, sabremos llevarlas sin perder la calma. 

  • Distráete: cuando nos obsesionamos con la fuente de nuestra frustración no hacemos nada más que hacernos daño, agotarnos mental y físicamente, lo más recomendable es buscar algo que te distraiga, hacer algún deporte, alguna otra actividad que te cause felicidad como cantar, cocinar, ver una serie, salir con tus amigos. Si bien los problemas no van a desaparecer, le darás la oportunidad a tu mente para que se despeje, de un paso atrás, y vea el problema desde otra perspectiva, quizás ahí se encuentre la solución. 
  • Permítete equivocarte: somos humanos, seres imperfectos; nos vamos a equivocar no una, sino millones de veces. 
  • No es correcto ser tan duro con nosotros mismos cuando cometemos errores, ya que se puede deber a muchos factores que no nos permitieron ver que estábamos equivocados o que simplemente no teníamos el conocimiento suficiente como para afrontar una situación.
  • Practica ejercicios de relajación y mindfulness: al frustrarnos, al estresarnos, o al enojarnos, nuestro cuerpo se tensa. Esa sensación corporal contribuye a que nuestro estado mental y de ánimo empeore cada vez más. Tómate un momento para levantarte, ir a un espacio aparte, estirar tus músculos, respirar, situarte en el momento presente y, después, vuelve nuevamente a encarar el problema con otra actitud. 
  • Trabaja en tu inteligencia emocional: una cosa maravillosa de la vida es que nunca dejarás de aprender. Cada día puedes obtener nuevos conocimientos que te ayudarán en diferentes ámbitos de la vida. Buscar aprender al menos una cosa por día que te haga desarrollar tu inteligencia emocional es algo que ayudará muchísimo a mejorar tu calidad de vida. 
  • Busca ayuda: recuerda que no estás solo en el mundo y que tampoco debes tener todas las respuestas a lo que te pasa. Es perfectamente válido que, cuando ya no sepas qué hacer, a pesar de que seguiste todos los pasos anteriores, busques ayuda profesional para poder terminar de entender por qué estás así. De esta manera, obtendrás nuevos conocimientos y herramientas para gestionar tus emociones de la mejor forma posible. 

En Sanarai, puedes encontrar el apoyo emocional que necesitas. Agenda una sesión aquí y habla con uno de nuestros especialistas por videollamada, en un ambiente de confianza y con un enfoque personalizado. 

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