El impacto de la migración en la salud mental
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es un componente fundamental de la salud e implica «la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento y rehabilitación de las personas afectadas por dichos trastornos». Aunque la definición original de salud mental pone énfasis en el bienestar mental y resiliencia, a lo largo de los años ha dominado el discurso que la relaciona con los trastornos mentales, lo cual ha hecho que la salud mental sea estigmatizada y que por esta razón las personas sean más reticentes a buscar atención. Más allá del modelo médico y de la estrecha definición de la salud mental basada en la presencia/ausencia de enfermedades mentales...
...debemos entender que la salud mental también se refiere a la prevención de estos trastornos y al favorecimiento de condiciones que permitan nuestro bienestar y desarrollo.
Uno de los principales problemas en la atención de la salud mental son las brechas de desigualdad que dificultan que ciertos grupos accedan a estos servicios. Quienes usualmente se ven afectados por estas desigualdades son los grupos de clase baja y las minorías; cabe destacar que en muchas ocasiones estos grupos ven su bienestar mental y emocional comprometido debido a las circunstancias particulares que los rodean como la exclusión, la discriminación, etc.
La migración suele traer consigo una separación que tiene un gran impacto en las personas.
Se reconoce a la migración como un sacrificio que se hace para lograr un bienestar mayor, y, por tanto, trae consigo sentimientos de gratitud y orgullo, sin embargo, se presentan también emociones de culpa, tristeza y enojo. Aunado a esto, la llegada a un nuevo lugar implica un proceso de adaptación en el cual los inmigrantes y sus hijos aprenden el idioma y las normas del lugar, este proceso se conoce como aculturación y puede ser un factor de estrés debido al choque de dos culturas.
En el caso de migrantes mexicanos en Estados Unidos, esta aculturación significa entrar en una cultura más permisiva, lo que en ocasiones propicia la participación en conductas de riesgo. Otros de los factores asociados a la migración que pueden contribuir al deterioro de la salud mental son las condiciones laborales precarias, la discriminación, el riesgo de deportación de uno mismo o de los familiares, entre otras.
En el contexto actual en el que las desigualdades y los problemas de salud mental se ven exacerbados debido a la crisis generada por el coronavirus o COVID-19, resulta fundamental el acceso a atención que permita ubicar factores de riesgo y proporcionar recursos que favorezcan la resiliencia y ayuden a la prevención del desarrollo de trastornos mentales.
Esta atención debe además hacer frente a los principales retos que se enfrentan al proporcionar servicios a la población migrante, es decir, que se encuentre disponible a bajo costo, en el idioma de los migrantes y que sea capaz de distinguir entre quienes requieren atención para la prevención y quienes requieren atención a un nivel más especializado. Acceder a este tipo de servicios permitirá a los usuarios contar con los recursos para enfrentar las situaciones adversas y mejorar no solo su salud mental, sino la salud integral.