Tener un sueño adecuado de forma consistente es esencial para el funcionamiento de nuestro cuerpo y de nuestra mente y, por lo tanto, influye directamente en nuestra calidad de vida. Existen numerosos factores y situaciones que pueden afectar la fisiología de nuestro sueño y llevarnos a tener problemas a la hora de dormir.
Sigue leyendo para aprender más sobre el insomnio y cómo tratarlo.
El insomnio es un trastorno del sueño en el cual las personas que lo padecen tienen dificultades para conciliar el sueño, mantenerse dormidos o lograr un sueño de buena calidad. Muchos casos de insomnio ocurren a pesar de que se logren las condiciones ideales para el sueño, como tener un horario de sueño regular, cumplir con una buena cantidad de horas de sueño y tener una rutina ideal de higiene del sueño.
El insomnio y una pobre calidad del sueño pueden afectar la calidad de vida al causar problemas como falta de energía, de memoria, de concentración y de somnolencia diurna. Además, aumenta el riesgo de padecer afecciones médicas como presión arterial alta, cardiopatías o diabetes.
Es difícil establecer cuál es la línea que separa el sueño normal del sueño patológico, pero, por lo general, se considera que lo normal es no tardar más de 30 minutos en conciliar el sueño cuando nos acostamos y cuando intentamos volver a dormir después de despertarnos en medio de la noche. Este tiempo se conoce como latencia del sueño, y suele ser menor en niños, adolescentes y adultos jóvenes.
En insomnio se puede clasificar de dos formas, según su duración y según el momento del sueño que se ve más afectado.
Esta clasificación utiliza el punto de corte de tres meses para diferenciar entre dos tipos de insomnio: el insomnio crónico y el insomnio agudo.
En la mayoría de los casos, se relaciona a problemas de salud mental, como trastornos de ansiedad, el consumo de sustancias estimulantes como el consumo de cafeína, u otros problemas médicos como dolor crónico, enfermedad de Parkinson y apnea del sueño. En otros casos no se encuentra una causa clara del insomnio, lo que se conoce como insomnio primario.
Este tipo de insomnio es más común en mujeres y en personas mayores. Se estima que en el transcurso de un año, entre el 15 % y el 20 % de las personas van a tener algún tipo de insomnio agudo.
Los síntomas de insomnio pueden afectar de forma negativa tu calidad de vida. El síntoma principal es la percepción subjetiva de sueño insatisfactorio, y de este se derivan la mayoría de los síntomas diurnos causados por el insomnio. Otros síntomas de insomnio son los siguientes:
La mayoría de las personas suelen tener algunas noches en las que no pueden conciliar el sueño, sin sufrir de insomnio. Asimismo, aunque cualquier persona puede desarrollar insomnio en cualquier momento de su vida, el riesgo es mayor si tiene alguno de los siguientes factores de riesgo:
El insomnio es un trastorno multifactorial que tiene muchas causas que frecuentemente coexisten en una sola persona. Las causas más comunes son algunas de las siguientes:
De acuerdo con la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales, un médico puede diagnosticar insomnio si una persona tiene dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormida durante, al menos, tres noches a la semana durante tres meses, a pesar de tener suficientes oportunidades para dormir.
El diagnóstico de insomnio pueden hacerlo tanto especialistas en psiquiatría como médicos de atención primaria, después de realizar una evaluación extensa del paciente y de su historial clínico. Los elementos necesarios para diagnosticar insomnio son algunos de los que te mencionamos a continuación:
El tratamiento del insomnio va a depender del tipo de insomnio, las causas del insomnio y la severidad del mismo. Este tratamiento puede incluir:
1. Corrección de la causa de origen: si durante la evaluación del paciente se detecta una condición que pueda ser la causa del insomnio, la corrección de esta condición es el primer paso que se debe tomar al tratar a la persona con insomnio.
2. Cambios en los hábitos de sueño: en caso de no encontrarse una causa de origen del insomnio, entonces practicar una buena higiene del sueño es lo primero que se debe intentar para conciliar el sueño con más facilidad y permanecer dormido durante toda la noche. Algunos consejos para mejorar la higiene del sueño son:
3. Terapia cognitivo-conductual: este es un plan de tratamiento psicológico de 6 a 8 semanas para ayudar al paciente a aprender cómo conciliar el sueño más rápido y permanecer dormido durante más tiempo. Se suele recomendar como primera opción de tratamiento para el insomnio crónico y es muy eficaz. Esta incluye las siguientes partes:
4. Medicamentos: muchos medicamentos utilizados para el insomnio son considerados sedantes o hipnóticos y su venta requiere de una receta médica y, aunque existen medicamentos de venta libre que se suelen asociar a la mejoría de la calidad del sueño, solo se deben utilizar estos medicamentos si son recetados por un especialista después de recibir atención médica, ya que estos medicamentos suelen tener efectos secundarios.
Algunos medicamentos que se suelen recetar para el tratamiento del insomnio son:
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